miércoles, 18 de abril de 2018

Danilo y Leonel ya tomaron caminos distintos

César Medina
 
Admito que me patina el coco, que me está “fallando el güiro” y que “se me está yendo la guagua” -tal vez producto de una enfermedad que gradualmente convierte mi cerebro en un trapo de cocina-, pero insisto en que la aprobación senatorial de la ley de partidos con primarias abiertas es una genialidad del Presidente Danilo Medina
Porque todos están conscientes de que esa ley no pasará en la Cámara de Diputados pero obliga a una negociación para llegar a ningún sitio: no habrá ley de partidos políticos porque esa ley de partidos políticos no la quiere nadie, ni los partidos grandes, ni los partidos chiquitos, ni el gobierno, ni la oposición. ¡Nadie!
Simplemente -como dije en la columna del pasado viernes-, porque el liderazgo político no quiere que lo fiscalicen, y como no quiere que lo fiscalicen desde un principio ha boicoteado esa ley tratando de pasarse de listo buscando responsables de su no aprobación sabiendo que el único responsable es él mismo, el liderazgo amañado y tramposo que tenemos.
Hace rato que Danilo Medina le cogió la seña y empezó a jugar su propio juego. Se le adelantó a aprobar un proyecto de ley con primarias abiertas y simultáneas utilizando el padrón de la Junta Central Electoral sabiendo que esa iniciativa no prosperará porque no tiene consenso y que en esa circunstancia será imposible convertirlo en ley.
Pero golpeó adelante, y ahora tiene él, Danilo, la sartén por el mango. ¿Se trata o no de una jugada maestra? ¿No es eso lo que imponen los más elementales manuales de la política que se ejerce en estas Repúblicas Bananeras frente a una clase dirigente díscola e irresponsable?
Pero, además, el Presidente Medina pone en evidencia el control que tiene sobre una institución fundamental del Estado, el Congreso Nacional, así sea a nivel del Senado con la atenuante de que no le resultaría imposible crear también una mayoría -aunque sea mínima- en la Cámara de Diputados. Cosa que no hará, a menos que también le esté patinando el coco.
De torpeza en torpeza
El leonelismo cae de una torpeza en otra. Antes de sentarse a negociar lo que todo el mundo -menos él, por supuesto-, sabe que va a ocurrir con la ley de partidos, trata de envalentonarse para solo mostrar sus propias debilidades. Oportunidad tuvo de sobra para negociar una posición mucho más digna en el Senado sabiendo de antemano que el danilismo solo traza una estrategia inteligente.
Leonel y sus seguidores saben que la ley de partidos aprobada en esos términos jamás pasará en la Cámara de Diputados, pero eso también lo saben Danilo y sus estrategas, lo mismo que el resto de los partidos de la oposición con representación en el Congreso. Se trata, en consecuencia, de un juego de poder que Leonel Fernández conoce como nadie.
La secuela que podrá tener esto en el PLD es impredecible, porque su repercusión tendrá eco en el futuro electoral de ese partido. Los enconos del liderazgo fundamental peledeista está repercutiendo en los demás niveles de dirección y hasta en la militancia del partido de BoschÖ Y veremos cómo se expresa.
Caminos bifurcados
Danilo y Leonel ya tomaron caminos distintos. Aunque en política no hay nada escrito y el pontífice Gutiérrez dice que se hace lo que conviene, en la cúpula peledeista ha habido agravios imposible de salvar. En algunos casos se han tratado como enemigos tradicionales más que como compañeros de partido. Los leonelistas quisieran volver al poder para vengarse de los danilistas, y en esos ajetreos se encuentran ahora las dos corrientes mayoritarias del peledeismo. ¿Puede alguien creer que el leonelismo ganaría las elecciones sin el apoyo de Danilo y el gobierno? Sería una utopía creerlo.
¡Por todo esto dice Nelson Marte que me está fallando el güiro!
Fuente: Almomento.net

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