jueves, 9 de marzo de 2017

Internacional

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Por Yorik Piña
Llamamos la atención de las autoridades de la Provincia de Barahona para que interpongan sus buenos oficios a los fines de lograr que el Gobierno dominicano subvencione el programa de Reeducación Para Jóvenes Traviesos que estamos aplicando en Barahona.
Es una responsabilidad del gobierno que administra el Estado Dominicano, no de un ciudadano privado, la ejecución de acciones como esa que va en beneficio de toda la población en cuanto a la tranquilidad y la paz necesarias para lograr el desarrollo de los pueblos.


Mantener el control de 23 jóvenes traviesos no es una tarea sencilla, sobretodo cuando el programa para reeducarlos está fundamentado en "protección", es decir, darles TIEMPO EN CALIDAD, ESFUERZO PERSONAL (alimento, vestimenta, recreación, educación), CUIDADO (premios y castigos) y AFECTO DE AMOR, que es el secreto para educar efectivamente.
Los resultados del método que se utiliza en el "Programa De Reeducación para Jóvenes Traviesos" publicado en Amazón.com  está más que comprobado.


Colegio 
Hace 40 años que se utilizó en el Colegio Experimental FAME. El producto de esa expericia educativa está a la vista, hoy día.
Algunos barahoneros preocupados por la situación de la delincuencia en Barahona como Luis Matos
Alsy Pimentel Matos,conocedores de lo que se hizo en ese centro educativo quisieran que se repita la experiencia en el amado terruño.

Estoy dispuesto a repetir la hazaña de los años 70; pero debe ser el Estado Dominicano que se embarque en un proyecto de ese tipo.

Si las autoridades y la sociedad barahonera toda no han podido sostener el Programa de Reeducación, mucho menos podrán sostener un proyecto como el Colegio FAME con su Sistema Monitoral que, definitivamente trabajaría con cientos de jóvenes en peligro de caer en los brazos dela delincuencia, la adicción y la esquizofrenia, producto de la formación inadecuada del hogar.

La crisis del Programa de Reeducación que se está aplicando en Barahona podrá interrumpirlo temporalmente; pero no desaparecer. El que entra, difícilmente sale. No porque se le obliga a estar; sino que no quiere salir porque se le da tiempo en calidad, esfuerzo, cuidado y mucho corazón.

El que me mandó a atracar en Palo Alto no lo he vuelto a ver; pero no ha sido sacado del registro del programa. Cuando la actividad reeducadora tenga asegurado los recursos económicos se reiniciarán las actividades para su reinserción social (tiene un trastorno severo del carácter y no puedo ni debo arriesgarme; pero no tengo miedo porque sé que es lo que estoy haciendo)

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